A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único que está al lado del Padre, quien lo ha explicado. (Jn 1,18)
Así termina el prólogo del Evangelio de Juan. La vida de Jesús ha sido, y continúa siendo, un grande y único relato de su Padre. Pero el relato necesita de un cuerpo que le de voz y de un cuerpo que acoja la voz, hasta que la palabra se vuelva letra, gesto que incide, que deja rastros, signos, palabras… Los relatos de esta newsletter expresan el deseo de contar algo de nosotros, de contarnos los unos a los otros, de saber, de compartir, de estar presentes en la vida de aquel a quien queremos y que se vuelve compañero de camino, ayudándonos a ensanchar la mirada más allá de los confines de nuestra realidad local.
Narrar es otro modo de nacer, de salir a la luz, de hacer un gesto de confianza y de apertura, de intercambio. Narrar para vivir y para hacer vivir. Quizá por esto la primera newsletter de los centros educativos europeos coincide con el tiempo del Adviento, de la espera de un nacimiento.
Aquel a quien esperamos es Aquel que relata a Dios, su Padre.
Nuestro augurio y nuestro deseo es encontrar, también en nuestros relatos, las huellas de aquel Dios a quien nadie ha visto nunca pero que ha sido narrado a través de los acontecimientos de la Historia que Él habita.
Sr Lucia y sr Francesca
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